Centro Cultural Banco do Brasil
Ha dejado atrás su función como espacio de negocios para convertirse en un refugio para la expresión cultural.
Melisa Diestra
23 de octubre de 2024
En medio del paisaje urbano y al ritmo de aquel sonido pegajoso que caracteriza Brasil, uno se sumerge en un universo donde la historia se entrelaza con la modernidad, donde cada rincón susurra relatos de arte y pasión. Y es precisamente ahí, sobre una de las calles más populares de Río de Janeiro, que nos encontramos con el Centro Cultural do Brasil. Una edificación concluida en 1906, pero inaugurada al público en 1989 el cual deja apreciar los
vestigios de su estructura neoclásica polícroma y nos deleita con interesantes zonas entre cine, teatros, auditorio y bibliotecas. Forma parte de una red de centros culturales que se distribuyen en territorio brasileño, donde nos brindan la experiencia cultural y su mezcla con la vitalidad del arte contemporáneo.
Entre risas, flashes y diversos espectáculos, adentrarse en su interior es descubrir un espacio que respira arte en cada uno de sus detalles. Anonadados por la opulencia de su estructura, las columnas con un relieve elegante sostienen la base de la cúpula de este centro, que se alza imponente sobre la gran rotonda central, la que roba miradas y suspiros donde en algunas ocasiones emergen de esta: dos sedas danzantes dando un show magnífico de apreciar. Es un punto de encuentro, un faro para aquellos que buscan deleitarse con el arte en todas sus formas.
Este centro cultural ha pasado por una auténtica transformación, dejando atrás su función como espacio de negocios para convertirse en un refugio para la expresión cultural. La magnitud de sus instalaciones ahora sirve como el marco ideal para una amplia gama de propuestas artísticas que revitalizan la escena cultural de la ciudad.