Promoviendo la paz mundial mediante el recuerdo histórico en Parque de la Paz
Lo que fue un estruendo ensordecedor desde el cielo de Nagasaki hoy es un complejo que honra el fin de la Segunda Guerra Mundial y promueve un legado eterno de paz.
Melisa Diestra Espinoza
16 de diciembre de 2024
Fuente: Travel Nagasaki (s.f.). Parque de la Paz (Estatua de la Paz/Fuente de la Paz). Recuperado de https://es.at-nagasaki.jp/spot/130
Dentro de este espacio se encuentran tres grandes áreas: el Área de la Esperanza, el Área de las Plegarias y el Área de Estudio. Estas invitan al visitante a experimentar la historia a través de la memoria, el aprendizaje y la esperanza. Cada rincón cuenta una parte del hecho histórico que marcó a la humanidad, pero todas las áreas convergen en un mensaje universal: nunca más.
El Área de la Esperanza, ubicada en los alrededores del Parque de la Paz, es la primera en recibir a quienes llegan. En su interior se encuentran esculturas de artistas internacionales y jardines bien cuidados. El ambiente transmite un mensaje alentador: la posibilidad de un futuro mejor. La Estatua de la Paz domina el paisaje, con su brazo derecho señalando al cielo y el izquierdo extendido en un gesto de invitación. Su rostro sereno parece recordarnos que, incluso tras la mayor de las tragedias, la humanidad puede aspirar a la paz.
El recorrido continúa hacia el Área de las Plegarias, un espacio que rodea el Parque del Epicentro de la Bomba. Aquí, el ambiente cambia. La solemnidad se intensifica mientras uno se aproxima al obelisco que marca el punto exacto donde estalló la bomba atómica el 9 de agosto de 1945. El lugar está adornado con ofrendas florales, grullas de origami —símbolo de paz y esperanza en la cultura japonesa— y placas conmemorativas. Es imposible no sentir el peso del silencio, roto solo por el murmullo de las plegarias de los visitantes que honran a más de 74 mil víctimas.
Llegando al final de este recorrido, se encuentra el Área de Estudio, ubicada alrededor del Museo de la Bomba Atómica. Aquí, la tragedia se documenta con detalle: fotografías, testimonios de los sobrevivientes (hibakusha, 被爆者) y artefactos rescatados de los escombros. Es un lugar que obliga a mirar de frente al horror de la guerra, pero también a aprender de este. Cada exposición parece preguntar al visitante: ¿qué haremos para evitar que esto vuelva a suceder?
El Parque de la Paz de Nagasaki no es solo un lugar de recuerdo, sino un espacio que impulsa a la acción. Entre la esperanza, las plegarias y el estudio, el mensaje se vuelve claro: aprender del pasado es esencial para construir un futuro libre de violencia. Al final del recorrido, no se trata solo de una experiencia más, sino de un llamado al compromiso con la paz mundial.